sábado, 20 de abril de 2013

QUE ESPERANZA HAY PARA LOS SERES QUERIDOS QUE HAN MUERTO


            Si un hombre muere, ¿volverá a vivir?, preguntó  hace mucho tiempo  el  patriarca Job. (Job 14:14),  quizás Usted también se haya hecho esa pregunta.

             Como se sentiría si supiese que iba  a poder reunirse de nuevo,  aquí mismo  en la tierra   y bajo condiciones inmejorables, con sus seres queridos que han muerto?

            Pues bien, la Biblia ofrece lo siguiente…“Tus muertos vivirán. (…) se  levantaran”. Y también dice: “Los justos mismos poseerán  la tierra, y residirán para siempre sobre ella”. (Isaías 26:19; Salmo 37:29.)

            Para poder confiar plenamente en tales promesas necesitamos la  respuesta a algunas preguntas básicas como: ¿Por qué muere la gente? ¿Dónde están los muertos?  y… ¿cómo podemos estar seguros de que volverán  a vivir?

LA MUERTE y LO QUE SUCEDE  AL MORIR
            En el inicio Dios creó a la primera pareja humana Adán y Eva, los colocó  en un paraíso terrestre llamado Edén y les mandó que tuviesen hijos y que extendiesen su hogar paradisíaco por toda  la tierra, por toda la eternidad. Sólo morirían si desobedecían sus instrucciones. (Génesis 1:28; 2:15-17)

            Adán y Eva no apreciaron la bondad de Dios, y por lo tanto desobedecieron, y tuvieron que sufrir el castigo prescrito, “(volverás) al suelo- dijo Dios a  Adán- porque de él  fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás (Génesis 3:19)“.

            Antes de ser creado, Adán no existía; era polvo. Y debido  a su desobediencia, o pecado, Adán fue condenado a volver al  polvo, en un estado de inexistencia. Por consiguiente, la muerte es la ausencia de vida. La Biblia hace el siguiente contraste “El salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es Vida Eterna (Romanos 6:23.). También indica que la muerte es un estado de inconciencia total, pues dice: “Porque los vivos están conscientes de que morirán; pero en cuanto  a los muertos ellos  no están conscientes de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). Además explica que cuando una persona muere “sale su espíritu, el vuelve al suelo; en ese día  de veras  perecen sus pensamientos “. (Salmo 146:3,4.)

            Sin embargo en  vista  de que solo fueron Adán  y Eva los que desobedecieron aquel  mandato  en  Edén, ¿Por qué tenemos que morir todos  nosotros?. Es porque  todos hemos nacido  después de la desobediencia de Adán, y por lo tanto, todos hemos heredado  de él el  pecado  y la muerte. La biblia  lo explica así  por medio  de un solo hombre [Adán] el  pecado  entro  en  el  mundo, y la muerte  mediante el pecado, y  así  la muerte se extendió  a todos los hombres”, (Romanos  5:12; Job 14:4.)

            Pero alguien pudiera preguntar: “¿No tienen los seres humanos  un alma inmortal  que sigue viviendo  después de la muerte?”. Muchos  han   enseñado  esa doctrina, y hasta dicen  que la  muerte es una puerta que conduce a otra vida. Pero esta idea  no viene de la Biblia, por lo tanto es falsa. Más bien, la Palabra de Dios enseña que Usted es un alma,  que su alma es realmente Usted, con todas sus facultades mentales y físicas. (Génesis 2:7, Jeremías 2:34; Proverbios 2:10) La Biblia también  dice  El alma  que este pecando…  ella misma morirá”. (Ezequiel 18:4.)   No hay  ningún pasaje bíblico  que enseñe que el hombre tenga un alma inmortal  que siga  viviendo  después de la muerte del cuerpo.

COMO PUEDEN VOLVER A VIVIR LOS SERES HUMANOS
            Unas ves que el pecado y la muerte entraron al mundo, Dios reveló que  tenía el  propósito  de que los muertos fueran  devueltos a la vida por medio  de una resurrección. Por consiguiente la Biblia explica que “Abraham […] estimó que Dios podía levantarlo  [a su  hijo Isaac] hasta de entre los muertos”. (Hebreos  11:17-19.) La confianza de Abraham no era infundada, pues la Biblia dice del  Todopoderoso “El no es Dios de  muertos, sino de  vivos, porque para Él  todos ellos viven”. (Lucas 20:37, 38.)

            Sí,  el  Dios Todopoderoso no solo tiene el  poder de resucitar a las personas a quienes Él escoge, sino  también el  deseo de  hacerlo. El propio  Jesucristo  dijo: “No se maravillen de esto, por que viene la hora  en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su  voz y saldrán “. (Juan 5:28, 29; Hechos 24:15.)

            Poco  después de decir esto  Jesucristo vio  una procesión funeraria que salía de la ciudad Israelita de Naín. El joven que había muerto  era el  hijo único  de una viuda. Al contemplar su  gran pesar, Jesús se enterneció y dirigiéndose al  cuerpo  sin vida, le ordenó: “Joven. Yo te digo: ¡levántate!”. Y el  joven  se incorporó   y Jesús se lo dio  a su  madre. (Lucas 7:11;-17.)

            Al igual  que en caso  de esta viuda, también  hubo  un gran éxtasis cuando  Jesús  estuvo  en el  hogar de Jairo, el presidente de la sinagoga judía. Su hija de doce años había muerto. Al llegar Jesús a la casa de Jairo se dirigió a donde estaba  la niña muerta y le dijo: “Muchacha, ¡levántate!,  ¡y se levanto! (Lucas 8:40-56)

            Posteriormente Lázaro  murió, un amigo  de Jesús. Cuando  Jesús llego a su  casa, hacia cuatro  días que lázaro había muerto. Aunque estaba  muy apesadumbrada, su  hermana Martha expresó su  esperanza diciendo; “Yo  se que se levantará en la resurrección en el  ultimo día”. Pero  Jesús fue a la  tumba, ordenó que quitaran  la piedra y clamó “¡Lázaro, sal!”. ¡Y salió!(Juan11:11-44).

            Piense en  esto: ¿En  que condición  se encontraba Lázaro  durante  los cuatro  días  que estuvo muerto? Lázaro  no dijo nada de haber estado en  un cielo  de inmensa dicha  o  en un infierno  de tormento y,  de haberlo  experimentado, lo  habría dicho. No, Lázaro estuvo completamente inconsciente en la muerte y hubiera continuado  en  esa condición “hasta la resurrección en   el  último día” si Jesús no lo hubiese vuelto  a la  vida entonces.

            Es cierto  que esos milagros de Jesús sólo tuvieron un beneficio  temporal, ya que las personas a las que resucitó volvieron a  morir. Sin embargo, él  probó hace más de 1900 años que, con el  poder de Dios,  ¡los muertos verdaderamente pueden volver a vivir!. De modo  que mediante sus milagros Jesús  demostró  en  pequeña  escala lo que sucederá dentro de poco en la tierra bajo  el  Reino de Dios.

CUANDO  MUERE UN SER QUERIDO
            Aunque Usted tenga la  esperanza de la resurrección, puede expresar un enorme pesar. Abraham  tenía  Fe en que su  esposa volvería a vivir, sin embargo;  leemos que “Abraham entró  en  plañir  a Sara  y a llorarla”. (Génesis 23-2.)¿ Y cómo reaccionó Jesús cuando  Lázaro  murió?, “Él  gimió en  el  espíritu y se perturbó” , y poco  después “cedió a las lágrimas“.  (Juan 11:33,35.) De modo que el llorar cuando  muere un ser querido  no es una señal  de debilidad.

            La muerte de un hijo es una experiencia sumamente  penosa, especialmente para la madre. Por eso  la Biblia reconoce el amargo pesar que puede experimentar una madre. (2 Reyes  4:27.) Por supuesto, lo mismo es cierto  con respecto al padre. “¡Oh, que yo pudiera haber muerto, yo mismo, en lugar de ti!”. Se  lamentó el Rey David cuando  murió su  hijo Absalón. (2 Samuel 18:33.).

            Sin embargo, si  Usted tiene confianza en la Resurrección, su pesar podrá ser superado. La Biblia dice que no se apesadumbrará “como lo hacen  también  los demás que no tienen esperanza”. (1 Tesalonicenses 4:13.) Al contrario, Usted se acercará a Dios en oración, y la Biblia le promete: “Él mismo te sustentará“. (Salmo 52:22.).